Es la vida pasando…

No estoy segura que el título sea el correcto, es más me gustaría que al terminar de leer esto podás sugerirme otro título si te parece o uno que te parezca que podría ir mejor con lo que a continuación quiero contarte.

Y es que, últimamente he tenido no solo episodios en mi vida, sino escuchado también algunos en la vida de personas cercanas donde es complicado poder ver más allá de la situación que estamos pasando, y ojo, esto es muy normal en momentos de frustración, dolor, desesperanza y en los que reflejan dificultad.

Pero hay algo que hoy conversando con una persona me saltó de forma muy clara, y es qué daño nos ha hecho tanto “positivismo tóxico”, tanta imagen de perfección, tanta apariencia a nuestro alrededor y lo poco que trabajamos nuestras habilidades blandas para mantenernos en pie, aún en medio de las situaciones difíciles de la vida y los cambios.

Yo creo que siempre me he caracterizado por ser una persona positiva, y eso no es algo que considere negativo, más bien me sirvió muchísimo para una etapa específica de mi vida donde necesitaba avanzar con mucho ímpetu y casi que a ciegas creyendo que todo iba a salir bien, y así fue. Ahora, luego de algunos momentos donde literal Dios y la vida me han procesado, sigo siento una persona positiva, pero con una chispa más amplia de realidad en la que sé que hay muchas opciones o posibilidades en medio de las situaciones y ojo, inclusive las decisiones que tomamos. Conversando con esta persona hoy, veía claramente cómo no nos hemos preparado ni capacitado para poder enfrentar la dificultad fuerte o seguida, en nuestra vida. La salud mental muchas veces la dejamos para el último momento donde ya si no la trabajamos sabemos que es imposible casi levantarse, no le prestamos atención aún en esos buenos momentos en los que nos estamos preparando para cuando algo repentinamente cambie, ¿porque saben algo? La vida pasando es enfrentar lo difícil y lo duro de la vida, y no hay mucho más que hacer que aprender a levantar la cabeza y seguir adelante a nuestro ritmo, al que podamos.

Y por favor, no nos comparemos en nuestros peores momentos con personas que están súper bien, o por lo menos lo parece. Porque primero lo que vemos no es la realidad de la persona y segundo no es justo porque, así como hay muchas personas pasando por mejores momentos no sabemos de dónde vienen y lo que les costó llegar a ese momento, así como también hay muchas personas pasando por situaciones más complicadas quizá que la nuestra.

Lo que me gustaría que nos dejáramos no solo en la mente sino en el corazón es que sí pueden llegarnos momentos muy difíciles, ojalá y no fuera así, pero llegarán, nos tocará enfrentar el dolor, la pérdida, la incertidumbre, la ansiedad, la nostalgia y muchas otras sensaciones que no son agradables, pero también sé que saldremos de ahí, con ayuda es un poco más fácil, pero se logrará. Pero, aunque esto pueda llegar no perdamos la esperanza en la vida, en Dios y en lo bonito que también tenemos por delante, porque de todo esto también podremos disfrutar en nuestra vida.

Viví tu vida mientras pasa…